❤ H2O · AMANDO EL AGUA · junio: EL AGUA QUE SOMOS

                                    

El agua nos nutre por la mañana, nos lava durante el día y limpia nuestro cuerpo. Aporta humedad a los alimentos para que podamos digerirlos, disuelve lo que no necesitamos, para poder soltarlo. El agua rompe lo que está fijo y lo lava para que se reincorpore al fluir de la vida misma.

En este mes vamos a reconocer, agradecer y celebrar el agua que somos. Este es el ejercicio que te proponemos:

Elige un lugar
Prepara tu lugar: un tapete, velas, incienso (sahumerio), música etc.
Siéntate adecuadamente, alínea tu cuerpo
Encende incienso y velas
Enciende la música que desees
Cierra los ojos, céntrate, entra en silencio interior
y ofrece una breve oración:

“Dulce espíritu, gracias por el agua que alimenta esta vida a la existencia. Entiendo que el fluido de este cuerpo es el de los océanos y las lluvias. En el agua estamos todos conectados. Honro el poder del agua para restaurar este cuerpo, espíritu y mente, a su estado eterno de gracia y paz. Gracias por este regalo perfecto, este dador de vida”.

Lentamente lleva tu atención a los latidos de tu corazón. Observa la sensación del movimiento de la sangre en tu cuerpo.
Como ríos de agua, la sangre lleva humedad a todo tu cuerpo: a tus huesos, a tus músculos, a tus nervios y tendones, a todos tus órganos, hasta tu piel, y más allá.
Date tu tiempo para sentir el agua en tu cuerpo.
Acompaña con tu atención y disfrute este fluir.
Ahora, tómate un tiempo para agradecer:

"Estoy agradecide por el agua que da vida y sustenta la vida."

Medita.
Cuando hayas terminado, abre los ojos
y observa cómo el fluir del agua, así como está en tu cuerpo, está todo alrededor.
Date tiempo para ver el fluir de todo a tu alrededor.
Cierra tu ejercicio repitiendo esta oración:

“Dulce espíritu, gracias por el agua que alimenta esta vida a la existencia. Entiendo que el fluido de este cuerpo es el de los océanos y las lluvias. En el agua estamos todos conectados. Honro el poder del agua para restaurar este cuerpo, espíritu y mente, a su estado eterno de gracia y paz. Gracias por este regalo perfecto, este dador de vida”.

Apaga la vela, apaga la música, incorpórate, recoge las cosas que utilizaste, y continúa con tus actividades siendo muy consciente de la fluidez de tu ser.

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