Investigaciones recientes han demostrado que "el azúcar puede tener efectos similares a una droga de abuso"(Rada, Avena y Hoebel, 2005).
En el consumo de azúcar existen riesgos de salud, así como Hunt (1999, p. 18) lo afirma: El estadounidense promedio consume su peso en azúcar cada año (80 kg), dando lugar a complicaciones tales como caries, cambios de humor y aumento de peso, y complicaciones más serias como la depresión o la diabetes.
Es cada vez más difícil ignorar los potentes efectos negativos que el azúcar puede tener en la fisiología y psicología de los consumidores y las consumidoras.
Una droga se define como "cualquier sustancia absorbida que cambia alguna función física o psicológica en el cuerpo" (Liska, 1986).
El azúcar actúa sobre el cerebro de forma muy similar a las drogas lícitas e ilícitas: Los alcohólicos pueden pasar mucho tiempo de su día pensando en el alcohol, planificando para tener en sus manos una bebida, y requieren ingerir enormes cantidades de la droga para sentirse bien.
Las personas adictas al azúcar, del mismo modo, a menudo tienen planes sobre cómo obtener su próxima comida azucarada y una vez que empiezan a comer galletas o donas por ejemplo, a menudo se ven obligadas a comer más de lo que la simple satisfacción del apetito puede marcar (Mumey y Hatcher, 1987, p. 106).
Deja de comer cualquier alimento que contenga azúcar. Ya sea preparado en casa con azúcar refinada, mascabado o piloncillo, o preparado industrialmente (lee las etiquetas y te sorpenderás cuántos alimentos contienen azúcar).
"La adicción se caracteriza por un patrón de comportamientos compulsivos, incontrolables que se producen a expensas de la mayoría de las actividades y se intensifican con ciclos repetidos" (Avena y Lone, 2005, p. 359).
Si experimentas síndrome de abstinencia, puede que tengas una adicción. "No hay ninguna duda de que el síndrome de abstinencia del azúcar puede ser tan doloroso como el del alcohol (Mumey y Hatcher, 1987, p. 106). Se ha descrito por aquellos que lo han sufrido tanto o 'peor' que los producidos por la heroína o la cafeína (Avena y Long, 2005, p. 359).
Además de estar vinculado a problemas de caries, obesidad, diabetes, hipoglucemia, el consumo del azúcar afecta la química de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro. Esto altera la forma en que percibimos la realidad y reaccionamos frente a ella.
El azúcar está asociada a ciclos de euforia -cuando recién se toma- y ciclos de depresión -una vez que el efecto ha pasado. Cuando se experimenta este detrimento en el bienestar, la persona busca tomar nuevamente azúcar, sólo que ahora necesita una dosis mayor para alcanzar una satisfacción similar a la primera. Así, la persona va mermando su salud física y su salud emocional y mental.
Este es el círculo vicioso, uno de los problemas de salud más graves del mundo moderno occidentalizado.
Lamentablemente nos parece un poco extremo etiquetar casi cualquier alimento industrializado y todo postre, como una droga, pero al mirar cómo azúcar (especialmente los tipos altamente refinados y procesados) son metabolizados por el cuerpo, entonces podemos comenzar a entender por qué sería bueno comenzar a hacerlo.
Es ilegal dar a un niño o a una niña cigarrillos o alcohol -y así debe ser-, pero no es ilegal darles azúcar refinada blanca o grasas saturadas. Nos estamos volviendo adictos/as y estamos permitiendo que nuestros/as hijos/as también se vuelvan adictos/as a esta sustancia, causando unas de las principales causas de muerte evitables en el mundo.
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http://www.hungryforchange.tv/sugar-is-a-drug
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